jueves, 19 de enero de 2017

Crítica. No respires (2016)


No respires
Título original: Don't Breathe 
Año: 2016 
Duración: 88 min. 
País: Estados Unidos 
Director: Fede Álvarez 
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Sinopsis:
Un grupo de ladronzuelos decide robar a un viejo invidente millonario. Tarea fácil de primeras, pero nada más lejos de la realidad, dentro de la casa el plan se ve truncado cuando el dueño despierta y demuestra lo que un hombre ciego es capaz de hacer.



Una buena película para entretener y algo más. ¿Da miedo? Podría decirse que sí. Ambientada en un thriller moderno este filme consigue que estemos nerviosos y estresados durante toda la película. Más allá del terror clásico, busca un juego que roza lo psicológico, como si de una partida de póker se tratara, cada uno con sus cartas e intentando sacar provecho de sus bazas.

Crea escenas bastante interesantes, transmite la agonía de pelear contra un tipo que sabe de qué va la cosa, y siendo un par de jovenzuelos el enfrentamiento cuerpo a cuerpo da bastante respeto, y tú desde tu butaca puedes llegar a sentir esa angustia. También mezcla los utensilios para matar de manera variada, cuerdas, alicates, pistolas, un hacha... El salón del bricolaje es toda una herramienta de matanza. Quizás se eche en falta alguna cosilla más innovadora, pero no se sale del guión. Imágenes claras y nítidas, también roza lo asqueroso con momentos íntimos, por decirlo de alguna manera, en los que es mejor ver la película si no queremos hacer spoilers.

Lo positivo de estos géneros de terror psicológico tan utilizados ultimamente es que puedes mezclar todo lo usado con anterioridad para crear algo que no chirríe, ya que sabemos lo que funciona y lo que falla, y si no metemos un susto de más, creamos una buena trama para que sea ese aliciente que nos falta. Y esta película es un buen ejemplo de que efectivamente el resultado puede resultar muy apto.

Lo más novedoso son las tomas en la oscuridad; aunque esta herramienta se haya visto en películas como "Rec", donde al igual que en "No respires" se aprecia el desconsuelo y el miedo en los ojos de los personajes, en esta ocasión juega con la particularidad de que uno se "aprovecha" de esa herramientas y desequilibra la balanza. Una difícil tarea a la hora de rodar seguro, gustó bastante al gran público, creando tensión en todo momento.

"En la tierra de la oscuridad, el hombre ciego es el Rey".

En este caso la acción es también una parte fundamental y en ese sentido cobra fuerza por qué esta película destaca sobre otras de su mismo género. Mención especial merece el final, donde nos sorprende no una, ni dos, ni tres veces, sino una infinidad de combinaciones que hacen que te agarres al asiento durante la mayor parte del tiempo.

Por último remarcar dos incisos: el buen papel del anciano invidente que su sola presencia provoca el más profundo de los miedos; y también la presencia de su mascota, trascendente y creíble en algunos tramos, pero algo surrealista en otros, nos recuerda que el terror puede venir de distintas fuentes, y cuyo protagonismo se acaba haciendo inesperado pero al mismo tiempo evitable.

Recomendable para pasar el rato y sudar un poco. Una idea surrealista que da buen resultado, ¿qué más se puede pedir? Película que cumple con su cometido, no apta para cardíacos ni claustrofóbicos.


Lo mejor: las escenas en la oscuridad. 
Lo peor: abusar de lo que funciona lo hace menos bueno.

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