sábado, 19 de agosto de 2017

Crítica. V de Vendetta (2005)

V for Vendetta
Año: 2005
País: Estados Unidos
Duración: 132 min.
Director: James McTeigue
Género: Ciencia Ficción

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Sinopsis:
En una distopía no muy lejana, Inglaterra es gobernada por un régimen dictatorial ultraconservador. Una tarde, tras el toque de queda, Evey (Natalie Portman) conoce a un misterioso enmascarado que se hace llamar "V", y quien tendrá como objetivo hacer estallar en todo el país una revolución contra el gobierno fascista.




Recuerden, recuerden el cinco de noviembre. 
Conspiración, cólera y traición. 
No veo la demora y siempre es la hora 
de evocarla sin dilación.

Excelente adaptación de la novela gráfica de Alan Moore, publicada allá en 1987. Nos situamos en una Inglaterra envenenada por el fascismo, ha terminado la III Guerra Mundial y reina la oscuridad y el miedo en las calles. Entre las sombras aparece V, un individuo cuyo rostro y origen son un misterio, para sembrar el caos dentro del caos. No es un hombre, es un ideal. Y busca venganza.

Sin duda, una gran obra cinematográfica, a pesar de tener ya sus 12 años es capaz de hacer temblar nuestros débiles músculos y hacer vibrar nuestros corazones.  Es una auténtica reflexión social y política de un futuro inminente, un mundo que existió en el pasado y que puede volver a existir. Trata temas delicados: terrorismo, homofobia, censura, fascismo, totalitarismo... y lo hace de una manera magistral.

Bajo esta máscara hay algo más que carne y hueso, bajo esta máscara hay unos ideales, y los ideales son a prueba de bala.




La historia es apasionante. El guión, una delicia. V no hace sonar sus cuerdas vocales en vano y hace de cada frase un eslogan para enmarcar. La interpretación de Natalie Portman es destacable, su personaje, Evey, es el matiz de inocencia y dulzura que le falta al ingenio y la pasión de V. A lo largo del film iremos conociendo por qué V comete estos atentados contra el estado inglés y cuál es su objetivo.

Para los amantes de las peleas cargadas de epicismo y el slow motion, hay un par de escenas que, como poco, sacarán una sonrisa. Aunque para reír ya tenemos a V y su humor sarcástico. Es el perfecto justiciero que se entrega por completo a la venganza, sin que el corazón o la carne le nublen la razón. Este hombre te conquista sin que llegues a verle la cara.


El final es sublime, cargado de significado y sentimientos encontrados, emoción en estado puro. Para ponerse en pie, aplaudir y volver a verlo una y otra vez.


En resumen, desde que empieza hasta que acaba nos encontramos ante una película exquisita, cargada de emociones, y con una valiente y eficaz puesta en escena. En definitiva, una equilibrada combinación entre amor y venganza, entre dolor y esperanza. Una mirada hacia el futuro.



Lo mejor: El personaje de V. 
Lo peor: Los efectos especiales.

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